Por: Karla León
La vocalista, productora y compositora noruega conversó con BLUM sobre ‘Ultraviolet’, su visita a México y el futuro.

Luego del lanzamiento de su segundo álbum, Moyka regresó con Ultraviolet, una trilogía que explora todo el espectro del amor. Impulsado por la adrenalina, la energía y una interpretación vocal cruda y vulnerable, este lanzamiento marca el comienzo de una nueva etapa para la artista noruega.
Ultraviolet celebra una faceta más oscura, melancólica y vulnerable, pero también una esencia más enérgica, rápida y cargada de emoción. Previo a su último show en la Ciudad de México, conversamos con la cantautora sobre esta nueva etapa, sus procesos creativos y el futuro.

Me gustaría escuchar sobre tu experiencia en la Ciudad de México.
¡Amo absolutamente la Ciudad de México! Es un lugar tan fantástico para estar y explorar. Podría estar aquí para siempre. Es tan hermoso. Amo esta ciudad.
¿Algo te ha sorprendido o inspirado creativamente?
Honestamente, cada día me sorprende algo nuevo. Es genial seguir explorando, comiendo tacos, y creo que me voy a sorprender muchísimo cuando vaya a la Lucha Libre esta noche. Estoy muy emocionada.
Hablemos sobre Ultraviolet. ¿Qué universo construyó este nuevo EP?
Ultraviolet es la puerta que abrió un nuevo capítulo, uno muy intenso. Esta etapa es muy vulnerable, mágica, ve hacia el futuro, pero también se siente más cercana. Eso es lo que quiero hacer.

¿Qué emociones o imágenes quisiste evocar con este material?
Quise evocar magia; que bailaran y sintieran intensamente. Me interesó que se adentraran en las canciones, para que yo pudiera adentrarme en sus emociones, y que sintieran esta música como un hogar.
Me parece interesante que, de alguna u otra forma, todas están profundamente conectadas.
Sí, todas brillan en un color ultravioleta y quise conectarlas en un EP porque te llevan a la misma calidez y, al mismo tiempo, a la dualidad de la confianza y la vulnerabilidad. Todas revelan emociones intensas, pero de una forma muy mágica.

Lo tiene. Por ejemplo, en “Headlights” reflejas cómo se lidia con problemas de confianza y relaciones tóxicas. ¿Cómo balanceas el ser honesta con tu música, mientras proteges tu vida personal?
Es una buena pregunta, porque es una línea muy delgada, ¿cierto? Al ser artista, es muy importante ser honesto con lo que quieres decir, pero también creo que es importante ser un poco precavida. Tienes que ser muy selectiva con qué partes de tu vida quieres compartir y qué partes quedarte para ti.
En “Headlights”, sentí que era muy importante plasmar este tipo de situaciones porque es algo que viví, que me lastimó mucho y le dio forma a los últimos años de mi vida. Pensé que, como artista, era importante compartir ese dolor y plasmarlo en mi arte, porque esa es la razón por la que hago música.
¿Cómo te fuerzas a seguir adelante en esos momentos en los que te sientes completamente estancada?
A veces, es tan difícil enfrentarte a eso. Cuando se te complican un poco las cosas en el estudio, porque estás mal emocional o mentalmente, siempre es desgastante sobreponerte, pero también es fascinante salir y colocarte del otro lado, y poder hacer música desde ese dolor o esas dificultades. Eso también es lo que busco hacer siempre con mi arte: trato de sobreponerme y enseñar, o quizás, entender que todo es una lección.

¿Qué tanto influyen esas dificultades en la música que eventualmente produces?
Eso es interesante. Siento que siempre es diferente, porque así es el proceso creativo. Es diferente una y otra vez. En ocasiones, tengo dificultades y otras veces resuelvo fácil. Cada vez que tengo esos momentos de claridad creativa intento empujar mi música más allá. Ese siempre es mi enfoque.
¿Cómo ha evolucionado tu música desde Movies, Cars & Heartbreak?
Me empiezo a abrir un poco más. En mi cabeza, tengo esta cáscara que se va quebrando y estoy lista para dejar que las personas se acerquen un poco más. Con Movies, Cars & Heartbreak quise que, al escuchar las canciones, sintieras como si estuvieras en una película y llevarte a un viaje. Ahora, en este nuevo capítulo, con esta cáscara quebrándose, estoy lista para invitarte a mi mundo, que es un poco extraño, oscuro y peculiar. Ya no me estoy escondiendo detrás de nada. Este es un capítulo muy honesto.

¿Cómo lidias con las emociones más caóticas u oscuras?
Escribiendo música. Si te soy honesta, siento que eso me ha ayudado muchísimo a entender el mundo, a entender mis propias emociones y mi sentido en esta vida.
Después del lanzamiento de tu segundo álbum y de la gira, ¿qué lecciones te ha dejado este proyecto?
Muchas. Estoy aprendiendo todo el tiempo con cada lanzamiento y también con cada viaje. Venir aquí, por primera vez, a la Ciudad de México, me ha hecho aprender mucho. Cuando estoy en un gira, siempre encuentro una manera ingeniosa de hacer algo y son experiencias muy enriquecedoras, pero definitivamente, lo más valioso e importante es tener gente grandiosa a tu alrededor, como mi banda. Tengo a las personas más maravillosas en ella, y también mis managers. Todos son grandiosos. Realmente, eso es lo más importante.

– Preguntas rápidas con Moyka –
Un lugar que inspira tu música: Bergen.
Una palabra que describa “24/7”: Confianza.
Una palabra para definir “Headlights”: Intensidad
La emoción que te sigue al componer: Confusión o misterio.
Una canción que cambiarías y otra a la que no le moverías nada: Tal vez, la versión acústica de “All The Things We Forgot”. Creo que no la haría acústica, porque muestra otra parte de mi que no estaba preparada. Tampoco le fue tan bien en Spotify, así que elegiría no hacerla. Y la que no cambiaría es “Fluorescent”. Es una canción impresionante. Definitivamente, hicimos nuestro mejor trabajo.
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