Por: Karla León
En entrevista con BLUM, Pahua habla sobre las raíces de su nuevo material discográfico, el futuro y las preguntas que aún debe responder a través de la música.

«Le cuentan a la naturaleza de este ser, que trajo con ella luz y amanecer»
Cuando Mónica Ojeda me hizo habitar el universo de Chamanes eléctricos en la fiesta del sol, decidí que Pahua me acompañaría en mi propia aventura hacia el Ruido Solar. Desde “Vayayó” hasta “El Traketeo”, pasando por “Mujer del Desierto” y “Pájaro del Norte”, cada una de las canciones sanó el eco que dejó la cita de Nietzsche en la primera página: “El oído es el órgano del miedo”.
Con Cerca del Lugar, su nuevo álbum, no fue distinto. Como una anticipación marcada por el destino, reforzó aún más los paisajes, los cantos, las palabras y, pronto, se convirtió en un refugio para el espíritu.
Este material reafirma la universalidad de sus sonidos, incluso, evoca la esencia que alguna vez definió entre lo exótico y lo primitivo. Lo cierto es que Pahua se muestra más libre que nunca; canta para los demás, pero también para ella misma, y revela personajes y escenarios que bien podrían haber surgido en un sueño lúcido. “Para mí, Cerca del Lugar es como una casa. Hay muchas puertas, y cada una guarda una emoción”, cuenta a BLUM.
Desde sus raíces, hasta los procesos creativos y las colaboraciones, Pahua nos adentra en la esencia de Cerca del Lugar, un álbum que resplandece entre la luz y la oscuridad.

¿Quién es Pahua en Cerca del Lugar?
Es una artista mucho más identificada con esta etapa de su vida. Para mí, Cerca del Lugar es como una casa. Hay muchas puertas, y cada una guarda una emoción. Puedo, entonces, definir varias cosas a través de todas esas emociones. La verdad es que estos dos últimos años han sido una búsqueda importante a nivel personal, y qué mejor que decirlo con música.
Hay ocasiones en las que siento que el lenguaje se queda corto y es importante encontrar una expresión diferente. A veces, la música dice muchas cosas. Hay una sensibilidad distinta en cada aspecto que eliges para hacer una canción.
En Habita, decidiste cantarle a la herencia. ¿De qué nos habla este nuevo álbum? ¿Cuáles son los elementos narrativos, estéticos o instrumentales que lo definen?
Hay un montón de canciones que hablan desde un lado más sensual; otras que surgieron del momento en el que sientes un poco de confusión acerca de tu identidad o el síndrome del impostor. Algunos temas son sobre el miedo y cómo confrontarlo, una cuestión muy psicológica.
A veces, surgen muchas dudas sobre si estamos bien, cómo es la forma en la que ahora pensamos o si deberíamos cuestionarnos más cosas. Esas preguntas generan otras y, con el tiempo, se resuelven como un rompecabezas. En parte, por eso le puse Cerca del Lugar. Es ese pasito en el que estás a punto de encontrarte en un lugar en el que te sientes con mucha más calma y bienestar.
Este año, decidí soltar mi última relación amorosa y ha sido un encuentro súper fuerte conmigo misma. Hasta hace poco, me puse a pensar que yo había decidido tener este tipo de vida, en el que me permito volver al origen, descubrir quién soy, qué represento, encontrar las cosas que me gustan, saber por qué me gustan, por qué las disfruto, por qué las siento. Está muy conectado con ese lugar que quiero describir con mi música.

¿Cómo se transformó tu sonido durante el proceso de Cerca del Lugar?
Siento que hay momentos un poco más oscuros, pero no me di cuenta hasta que terminé el disco. Hay una canción que se llama “Cumbia de la Noche”, que es la cosa menos cumbia que existe porque es un drum & bass con mucha música electrónica, y conecta con un lugar más oscuro porque habla acerca de los espíritus. He hablado de eso y también de ciertas fragmentaciones psicológicas que, de repente, tenemos.
Otras canciones son más sensuales; hablan del placer, de cómo lo siente una mujer. Siento que existe un tabú sobre cómo es que nosotras deberíamos sentir placer o conectar con nuestro cuerpo. Son ideas totalmente desconectada de la realidad, y está padre cuando de repente juegas con ese lado más erótico y te conviertes en un personaje.
Me gustó tener ese tipo de experimentaciones, ver qué pasa si hago cosas un poco más oscuras, con ciertos tonos un poco más agresivos, momentos cautivantes y más sorpresivos. Para mí, era importante lograrlo después de un Habita o de un Ofrenda, que tiene momentos más nostálgicos, lugares un poco más folclóricos y latinos. Este disco es mucho más electrónico y está pensado para escucharse en un festival o un club.
Me encanta visualizar ciertas canciones en un lugar súper oscuro y, al mismo tiempo, lleno de luces que te lleven a un trip muy diferente. Algo así como un festival con naturaleza que te envuelve y en el que empiezas a sentir un montón de animales cerca. Hay mucha representación animal en el disco; fue sin querer, pero sí parte de muchas analogías que utilizo. Es un aspecto animal que siempre vive dentro de las canciones y en cada una se van encontrando personajes.
Ahora que hablamos sobre personajes, me encantó “Vaquera Galáctica”. ¡Es una genialidad!
¡Está buenísima! Le quiero hacer un video de vaqueras, como de Madonna.
Eres una artista que experimenta constantemente con los instrumentos. Anteriormente, me has hablado de sonidos que no percibimos, pero que están presentes en las canciones. ¿Hay algo de eso en Cerca del Lugar?
No hay tanta transformación. Es decir, tiene muchas percusiones que no había usado; una flauta de millo, que tiene un sonido muy agudo; flauta transversal; maracones; mucha semilla; mucha marimba; pero, en realidad, no hay mucha construcción. Más bien, intenté que se formara a partir de esa parte percutiva que está súper presente, a pesar de que es electrónica.

¿Cómo se desarrolló el mundo de la palabra?
Uno de los ejercicios que más me gusta hacer es escribir. (En este disco) sí fue diferente, hubo un método distinto, particularmente, por todo lo que estamos viviendo, por ejemplo, con la IA.
Al principio estaba negada, decía que nunca iba a usarla para hacer mis canciones, porque usualmente da estructuras muy raras. Apenas está comprendiendo cómo ayudar a los artistas, pero lo padre es que puedes ir construyendo todo a partir de la forma en la que tú escribes. Me ayudó a generar nuevas ideas, palabras, silabaciones y estructuras. Hay que utilizar la tecnología a nuestro favor.
En este disco reúnes a voces muy importantes de Latinoamérica, ¿qué te llevas de estas colaboraciones?
Me dejó muy buenas amistades, sobre todo con Sol Pereyra. Ella es de Argentina y hemos tenido bastante contacto. Nos encontramos en distintas giras y, cuando viene a México, me invita a abrir sus shows. Tenemos una gran conexión, tanto a nivel lírico, como artístico y humano. Es bonito cuando encuentras alguien que es un reflejo, aunque seas diferente.
También está LaTorre. Compartimos cosas similares, aunque ella tiene un aspecto visual súper particular, como si fueran elementos barrocos o una obra de Caravaggio. Me encanta reunirme con personas que son admirables y que tienen ciertas características que te pueden ayudar a tener una inspiración diferente. Como artista que trabaja con distintos colaboradores, siempre pregunto en qué andan, cuál es su sensación en ese momento, qué les gustaría expresar con la música. Es algo que también me preguntan y,cuando nos juntamos, el resultado siempre es divino.
Trabajé con Timpana, una artista boliviana. Ella está en un universo de mucha naturaleza, de ser casi como un ave de paraíso cantando en el escenario. Este tipo de expresiones, que ya tienen un cierto nivel artístico, se unen mucho a mi propuesta. La naturaleza es una de las cosas más importantes que nos guía en la vida, y forma parte de un eco relevante en las historias y en las narrativas. Qué mejor que colaborar con alguien que tiene esa visión y que aporte a tu música.

¿Cómo es, visualmente, Cerca del Lugar? ¿Cómo se siente en el cuerpo?
En el cuerpo se siente maravilloso. He podido bailar las canciones; y he visto cómo se siente en otras personas, cómo contorsionan el cuerpo. Se vuelve un momento muy contemporáneo y divino. Me encanta que se dejan llevar por la música.
Visualmente, lo veo rojo, caliente, pero también azul. El arte lo hizo Borogato. A ella le di definiciones de cada una de las canciones y encontró elementos diferentes. Hizo animaciones súper lindas, portadas muy bonitas, con una tipografía muy particular. Estoy contenta con todos los resultados de este álbum, porque tiene una estética bastante definida y particular. Me fijo mucho en toda la cuestión estética, porque también se construye una narrativa importante.
Habita te ayudó a entender algunas cosas sobre la forma en la que lideras tu proyecto. ¿Cerca del Lugar propició nuevas ideas sobre esto?
Muchos cuestionamientos. Siento que ya no estoy en un momento de cambios, ya es una realidad, una muy diferente. Me encanta saber que hay personas que encuentran algo bonito desde el momento en el que descubren las canciones, y que te siguen sin importar los cambios o lo nuevo que ofreces cuando haces un nuevo disco. Eso es importante para tu desarrollo como artista.
Me siento contenta con este álbum, pero definitivamente tengo muchas preguntas que debo resolver en los próximos años. Quiero seguir tocando, pero también darme un tiempo para ver qué es lo que está ocurriendo exactamente. Quiero hacer música nueva y colaborar con otras personas. Ver territorios distintos, hacer intercambios y experimentar.

¿Se han sumado nuevos nombres a tu wishlist de colaboraciones? Recuerdo a Pongo o Dengue Dengue Dengue!.
Sí, se han sumado nombres. Ahorita estoy bien nostálgica con otros sonidos. Me di cuenta de lo mucho que escuchaba en mi juventud a Tracey Thorn, cantante de Everything but the Girl. Tengo mucha melancolía con la canción de “Missing”, que es buenísima. Me encantaría trabajar con ella, no sé si está activa en la música, yo quiero imaginar que sí.
Me fascina Letón Pe, cantante de República Dominicana. Ella fusiona merengue, afropop. Es muy bonito lo que hace y, sobre todo, es súper arriesgada. Tiene una estética muy sexy, muy chill. Me gusta su personalidad, no solo su música.
Tengo una lista groovy. Hay una cantante mitad italiana, mitad venezolana, que tiene un proyecto que se llama Underground Systems. Canta entre español e inglés, pero con un sonido mucho más afrobeat. Su presencia en el escenario es increíble, es muy arriesgada, y toca la flauta transversal. Está muy bello su proyecto; ella lleva la batuta y es como una directora de orquesta, porque todo el tiempo dirige, es algo verdaderamente especial.
Me encantan las chicas de Femina, son de Argentina. Tienen un proyecto divino y una de ellas, Wen (Clara Trucco), también trabaja en solitario con una propuesta que viene del folclor. Toca la flauta transversal, la guitarra, el cuatro, y es súper poética.
iLe está en mi lista. Hace cosas preciosas. De hecho, lanzó una nueva canción con Adrián Quesada que me dejó boquiabierta. Otra artista que me fascina es Mel Muñiz, con su propuesta que viene de lo folclórico, pero a la que integra una onda de ska. Es multiinstrumentista y es muy performática.
¡Ya estoy imaginando las colaboraciones!
Sí, me encantaría hacer algo con ellas. Son divinas. Obviamente, también quiero colaborar con músicos, pero, extrañamente, siento que en este momento hay mucha apertura para trabajar con artistas. Entendemos por qué es así.

¿Te veremos muy pronto en el escenario?
Espero que sí. Estamos haciendo un gran esfuerzo para lograr varias cosas el próximo año. A pesar de que no se ha confirmado, viene un festival que sé que va a estar muy chido. Hay muchos proyectos.
¿Cómo definirías Cerca del Lugar?
Es atemporal. Siento que muchas de las cosas que se escuchan en el disco son adelantadas a nuestros tiempos. Es una sensación que experimento como cuando escucho a Manu Chao, es decir, lo escuchas ahora y parece que lo hizo ayer en el estudio. Mucho de lo que se creó en este disco no cabe en una temporalidad.
Es la esencia de tu proyecto. Pahua es sinónimo de futuro. No solo hablo de los sonidos, sino también de las emociones que transmites. Es algo muy poderoso.
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