Por: Yasmín Nava
«Simplemente hicimos lo que queríamos y no necesariamente nos dimos cuenta de que necesitábamos un cambio», dice la banda a BLUM.

Desde el 2024, Epica estuvo ensamblando cada pieza de la embarcación que nos invitarían a abordar. Sin prisa, izaron las velas y trazaron una nueva ruta en su mapa de navegación musical. Así nació Aspiral, su noveno álbum, que pudimos escuchar en su totalidad en abril de este año. Para conocer más sobre este viaje, platicamos con su tecladista Coen Janssen.
Veinte años se dicen fácil, sobre todo cuando el horizonte sigue vislumbrándose y cada nuevo álbum representa una oportunidad para reinventarse y crecer, aunque también vienen acompañados de secretos ocultos entre canciones.
“Para mí, desde el punto de vista musical, representa un renacimiento, pero también es un corazón más fuerte porque lo abordamos más orgánicamente, es decir, nos juntamos y grabamos la banda como si fuera una. Sí, fue una forma más difícil de hacerlo, pero al final tenemos un mejor sonido. Siento que podrán identificarlo en cada una de las canciones”.

Y así, Aspiral revela su carga simbólica. Inspirado en una escultura de bronce construida por el artista polaco, Stanisław Szukalski, que lleva el mismo nombre, esta obra de arte representa renovación e inspiración, y cada detalle es una pieza de arte en sí misma con un significado más profundo del que se percibe a simple vista.
Para lograr que cada pieza tuviera su identidad, la banda se rentó un espacio, donde compartieron tiempo juntos para escribir y enfocarse en la música. “Este fue un proceso diferente a lo que habíamos trabajado antes”, cuenta Coen, “gracias a esto sonamos más como una banda, más vivos y con mucha más pasión”.
¿Por qué ahora? Tal vez, realmente nunca estés listo para un cambio y el día más inesperado decidirás tomar otro rumbo como un barco que, sin previo aviso, será arrastrado por una corriente desconocida y simplemente te dejarás llevar.
“Simplemente hicimos lo que queríamos y no necesariamente nos dimos cuenta de que necesitábamos un cambio. Crecimos y necesitamos nuevas cosas, todo el mundo lo hace. Estamos envejeciendo y todos están en diferentes etapas de su vida, nuestro cabello se vuelve gris o no tenemos cabello”, bromea y señala su cabeza, “así que tenemos que inventar nuevas cosas y eso surge de manera natural”.

El metal tiene una base sólida de fans que ha atravesado a varias generaciones, empezando por Black Sabbath y cada uno de su subgéneros. Sin embargo, el sinfónico sigue manteniéndose a flote, tratando de destacar contra viento y marea para conectar con las viejas y nuevas generaciones que lo escuchan. Y, aunque la única respuesta es la música, sabemos que hay otros factores que mantienen este lazo.
“Todo se resume en la redes sociales, pero en México tenemos amigos que siempre están en las activaciones, salimos y conversamos con los fans, nos tomamos fotos, nos divertimos y construimos una comunidad. A mí no me importa la industria y los cambios que vienen con ella, de eso se encargan los managers y la disquera; nosotros hacemos música que nos parezca increíble y sabemos que a nuestros fans también les gustará”.
Sin embargo, la aventura no es eterna y aunque dejan un legado posicionándose como los titanes del metal sinfónico, en algún momento tendrán que ceder la estafeta. “Hay algunas bandas que lo están haciendo bien como Blackbriar, ellos son la nueva gran banda de nuestro género; son holandeses y están logrando envolver a la gente”.
La música sigue su curso; como el mar que nunca se mantiene en calma. Epica seguirá siendo la banda que tome el timón y lidere esta ruta hacia melodías que nos narren grandes historias.
#HablamosMúsica #HacemosRuido



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