Por: BLUM
La segunda parte de esta trilogía de EPs se publicará el próximo 30 de abril.

El año pasado, Sophia Warren compartió una hermosa propuesta artística en Bloodstone, el primer EP de una trilogía que la cantautora, enigmática y creativa, culminará el próximo año. Hoy, regresa con «Static«, un sencillo que nos adentra en el universo de Adesso, su segundo EP, que verá la luz el 30 de abril.
«Adesso es más que canciones, es mi viaje interior. Se trata de liberarse de desamores pasados, de encontrar la fuerza en las lecciones aprendidas y de abrazar lo que soy, incluso, cuando el camino es incierto. Este EP es un recordatorio para vivir plenamente el presente y seguir avanzando con valentía», narra Sophia.

En el estudio, Warren creó una vía de escape para enfrentarse a las emociones más vulnerables. «»Static» es el sonido de los recuerdos que se escapan, deformándose cada vez que los busco. Es el peso de la culpa, los momentos que he reproducido sin cesar, perdiendo poco a poco su forma, pero nunca su control sobre mí», reflexiona.
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«Una vez leí que cada vez que recordamos algo, cambia; se convierte menos en lo que realmente ocurrió y más en cómo creemos que ocurrió. Ese pensamiento me atormentaba. ¿Cuánto de lo que me he torturado ha dejado de ser real? ¿Cuántas veces he dejado que un recuerdo me definiera cuando, en realidad, ya se estaba deshaciendo?», añade.
La artista medita que, con el tiempo, aprendió a cambiar de canal y a ahogar el ruido en una distracción disociativa y zumbante. «El zumbido de la estática. Esta canción no trata del olvido. Trata de la supervivencia. Sobre dejar que algunas cosas se difuminen y aceptar que el pasado siempre cambiará en nuestras mentes y, quizá, eso esté bien. Tal vez, algunas cosas no están destinadas a ser repetidas para siempre«.

Si nos fijamos bien, podemos ver una pequeña marca en el cuello de Sophia Warren: una cicatriz de cinco centímetros que cruza su garganta y marca el lugar donde le extirparon la tiroides cuando tenía 12 años.
Es un duro recordatorio de algunos de sus momentos más oscuros, en los que tuvo que luchar contra una misteriosa enfermedad. Sin embargo, también es una señal de resistencia, un tejido protector que cubre la fuente de su mayor aliado en las pruebas de la adversidad: la voz de una niña que siente y fracasa, y vuelve a levantarse, negándose a ser silenciada.
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