Leo Rizzi: «Mi mantra es la honestidad»

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Por: Karla León

En entrevista con BLUM, el cantautor español habla sobre «Pájaro Azul» – su nuevo álbum -, su esencia musical, el artivismo y el futuro.

Cortesía: Warner Music.

Hace cuatro años, con guitarra en mano y una voz llena de matices, Leo Rizzi abrió un nuevo lienzo en su vida para convertirse en una de las voces más grandes de la escena iberoamericana y, de paso, en un fenómeno viral. Pronto, lo que en un principio se visualizó como un espacio para compartir su pasión por la música y el arte, se transformó en una realidad llena de éxito.

Desde la Ciudad de México, el enigmático artista conversó con BLUM sobre los detalles de Pájaro Azul, su más reciente álbum; su esencia musical, el artivismo y la dualidad entre el arte y la libertad. «Uno nunca se imagina cómo va a ser (el éxito), pero las formas de llegar son tan diferentes que lo estoy viviendo súper feliz. Es emocionante ver cómo la gente envía mensajes de todas partes del mundo; en México ha sido brutal la manera en la que me han recibido y es una sensación hermosa«, cuenta Leo.

A los 13 años, e inspirado por el rock uruguayo, Leo Rizzi comenzó a componer sus primeras canciones y a desarrollar una identidad artística única. Dos años más tarde, se despidió de las extensas playas de Uruguay y regresó a España, su país natal. Así, motivado por afrontar una nueva vida, y tras finalizar un viaje por India, el cantautor lanzó sus primeros sencillos, entre ellos, «Romper las cadenas«, «En tu camino» y «Lágrimas del sol«.

“Aunque todo mundo dice que fue buena suerte, la realidad es que hay mucho trabajo detrás. Es verdad que una fruta bien madura sí tiene una diferencia, en comparación con una transgénica, por ponernos específicos, pero creo que lo importante de este proceso es que puedes ir absorbiendo referencias de un lado y luego del otro, y encontrar tu camino. La esencia no se construye de la noche a la mañana; es guay ese camino tan orgánico de descubrir diferentes estilos y estéticas, y reunirlas para hacer tu proyecto y tu propuesta”, narra el cantautor.

Luego del éxito de «Amapolas» el cantante sacó a relucir una de las cualidades más distintivas de su proyecto: el arte; disciplina que, asegura, se ha convertido en un eje para el concepto y la propuesta musical que ha construido en los últimos años.

“El arte y la música están relacionadas. Creo que la música se despegó en algún momento del espíritu crítico del arte, de su esencia y de su fundamentación en otras épocas artísticas y ahora están saliendo a la luz. Es bonito vivir ese momento. Yo estaba estudiando administración de empresas y no lo sentía tan claro, de repente, salté a bellas artes y mi proyecto artístico cambió mucho, así que tiene que ver con mi propuesta”, medita.

Hablar sobre honestidad musical nunca ha sido fácil, mucho menos cuando se tiene una larga trayectoria por delante. En el caso de Leo Rizzi, la aceptación y adaptación de los cambios en su vida, la sinceridad consigo mismo, así como un talento indiscutible, han sido piezas clave para componer e interpretar temas que se conjugan bajo sus propios términos, sin embargo, ante el éxito, el cantante se ha enfrentado al temor de perder su esencia ante una industria que evoluciona a pasos agigantados.

«Me gusta la idea de hacer canciones con toques políticos, pero también hacer canciones bellas, que sean poesía, y que tengan esa cosa evocadora que te lleva a otro lugar»

– Leo Rizzi

Mi esencia es honesta. Me gusta la paz y la tranquilidad, la disfruto desde que era pequeño. La industria es frenética, rápida y ajetreada, y eso se liga con la obra y el artista. Creo que el equilibrio se da por la paz interior y la música hace mucho en ese camino. Mi mayor miedo es hacer un producto con el que no me sienta a gusto, que cambie mi forma de ver el mundo o de sentirlo, mi enfoque, hacia dónde quiero ir y que despelote todo. Por ahora, no ha sido así. A veces sentimos un miedo irracional y nos cuestionamos si es posible hacer las cosas a nuestra manera; y sí es posible”, detalla, mientras nos adentra en el universo de Pájaro Azul.

Es difícil definirlo en una sola palabra, pero el arte quizá puede ser la libertad; y el azul esa paz donde encontramos la libertad.

Gracias por eso. La industria te enseña muchas cosas, pero creo que lo más importante ha sido darme cuenta de que lo importante es la esencia de las cosas, y que por más que todo se vista de muchos colores y lujos, lo importante siempre es la música, y eso para mí ha sido clave para seguir haciendo lo que amo.

El concepto de Pájaro Azul me encontró en un momento de búsqueda personal. Necesitaba saciar una cosa mía y, de repente, me llega este cuento de Rubén Darío, gracias a mi amiga Elsa Moreno. Lo leo, me atraviesa totalmente y pienso: «Yo quiero escribir sobre esto». Fue un proceso largo, profundicé mucho sobre lo que me hacía sentir y pensar; cuando lo terminé de escuchar tuvo mucho sentido.

De pronto, me encuentro de buena ostia, en un momento de euforia. Estoy muy emocionado porque ha sido un proyecto que ha llevado tiempo y el hecho de que esté fuera, y de esta forma; es que no puedo pedir más.

El disco originalmente está inspirado en «Pensamiento Monógamo, Terror Poliamoroso«, de Brigitte Vasallo. Es un ensayo que analiza todo el sistema monógamo, el capitalismo y demás; una movida muy política. Al final, fue lo que me movilizó a escribir en ese momento y, de alguna forma, aunque luego el tinte que engloba el disco es «El Pájaro Azul«, siento que tiene mucha influencia de esta parte política y de buscar algo más, no solo conformarse con la situación actual.

Por eso estas palabras, por eso este aire con ideas de revolución y creo que es muy importante entenderlo así también. Como que tiene su parte romántica, pero también hay un trasfondo si te paras a escucharlas.

Sí, primero que nada, la política también es social. Yo empecé a entenderla (política) desde lo personal y sí que siento una responsabilidad, en cierto sentido, de compartir un mensaje que considero sano para todos y para mí también.

No hay nada malo en recordar que lo que existe tiene ramas fuera del sistema; sepamos que los nuevos imaginarios son posibles de construir. A veces, parece que lo único que existe es lo establecido y poder pensar fuera de eso es muy interesante; que la gente pueda crear nuevos imaginarios, sobre todo, para esas individualidades y formas de expresión que son necesarias y que tienen un lugar en este mundo.

Fue un ejercicio enfrentarme a la libreta y escribir todas las cosas que opinaba sobre los temas de los que quería hablar, y luego a partir de ahí, hacer las letras. Cada canción es un pensamiento, una emoción o una sensación; todas tienen una cosa espiritual muy poderosa y para mí era importante sumergirme en todo eso.

Ha sido muy bonito, porque tengo recuerdos de escribir ciertas canciones en Uruguay; estar en Coyoacán, en la Ciudad de México. Recuerdo todos esos momentos que me inspiraron un montón.

Lo esencial es que los dos talentos se sumerjan y se unan. Para mí, eso era súper importante en este disco. Con DannyLux es muy evidente, él es un multiinstrumentista increíble, es un genio; poderlo tener en mi disco me permitió investigar otras partes de él, de la música y la composición. Hay muchas partes de las personas que invité a colaborar y eso es fundamental.

Ahora siento que estoy muy conectado con mi esencia, como que no me he ido a ningún lugar extraño. En algún punto, quizá sí haya variado, pero siento que hoy, más que nunca, es la única forma en la que funciona mi vida. Mi proyecto es muy honesto y no pierdo esa esencia, así que, más que un miedo, es un mantra.

Era una persona que vivía en Valencia, estudiaba una carrera, tenía una vida más tranqui y eso se reflejó en mi música. Mis canciones las compuse con una guitarra, en mi casa. Pájaro Azul es una cosa más ambiciosa, en cuanto al sonido.

Más que querer llenar un estadio, quiero que mi música sea grande y épica; al final, me ha moldeado mucho el hecho de dar conciertos, eso te abre el corazón y tienes la necesidad de darle al público algo más que canciones. Este álbum es una recopilación del recorrido que he tenido y el paso a la madurez.

Es una cosa muy especial. He trabajado mucho tiempo en ello y siento que es muy personal. Es como un viaje en todos los niveles: profesional, personal y espiritual. Me emociona que ya esté fuera y que la gente lo pueda sentir también.

Diría que en los dos. Me pasa un poco de lo mismo en los dos lugares, es decir, hay conciertos en los que soy totalmente libre, y hay otros en los que no tanto. Hay veces que compongo en el estudio y soy libre, y otras veces que me siento ridículo porque no me sale nada. Las dos me encantan, las amo, pero creo que en ambas tengo esa cosa con la que no siempre encuentras lo que quieres; el momento te lo enseña y cuando llegas al escenario pasa lo que tiene que pasar.

Hay muchas cosas que me interesan. Me encantaría poder seguir indagando en temáticas diferentes, de diferente manera, y con diferentes géneros. Hay temas que me interesa mucho: la tierra, la sostenibilidad – en cuanto a la autogestión -, las comunidades; quizá lo siguiente lo tire por ahí, o al menos, que se tinte de eso.

Me gusta la idea de hacer canciones con toques políticos, pero también hacer canciones bellas, que sean poesía, y que tengan esa cosa evocadora que te lleva a otro lugar.

Siento que sí. Al final, sacar un disco marca un antes y un después. Define que, a partir de ahora, soy otra persona, otro artista; cambias las cosas. Hoy, le propongo estas canciones al público para que conozcan más de este proyecto.

#HablamosMúsica #HacemosRuido

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