Caloncho en el Auditorio Nacional: Una década de ser el sensei de la música optimista

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Por: Karla León

El músico tapatío celebró una década de trayectoria junto a Silvana Estrada, Bobby Pulido y Mon Laferte.

Fotografías: Lulú Urdapilleta / OCESA.

Estamos en medio de la selva, de un bosque o de un edén; es difícil saberlo, pero la voz de Caloncho funciona como una guía ante los sonidos propios de la naturaleza que nos introducen hacia un destino desconocido. El público aguarda con cautela y algo es diferente: no estamos en medio de la oscuridad, sino en un mar de luz que, junto con lo que escuchamos, nos adentra en una especie de meditación.

Pronto, la inquietud de sobrepone y el público replica el nombre del compositor, hasta que lo convierte en un eco infinito. Como si se tratara de una respuesta, los músicos, quienes lucen trajes blancos completamente pulcros, suben al escenario y comienzan a tocar los primeros acordes de “Vitamina D” y “El Derroche”.

Qué derroche de felicidad, nos besábamos en la frente. Ya sabía que sería tal estado al día siguiente”, interpreta Caloncho ante un público que entona cada letra con efusividad. El escenario multicolor nos abraza y el músico se entrega a cada nota y acorde que emana de su guitarra, mientras cientos de serpentinas vuelan por el lugar. Tenemos algo claro: se ha guardado lo mejor para el final de la noche.

La grandeza de su banda en vivo nos lleva por los clásicos sonidos del tropical-pop, y sus inefables mezclas de bachata y country. Con el paso de “Superdeli”, “Fresh”, “Bálsamo”, “Amigo mujer”, “Pasa el tiempo” y “Julia”, no hay duda de que estamos ante uno de los mejores cantantes de nuestros tiempos.

En poco tiempo, sus distintivos juegos de palabras se hacen presentes con “Wacha Checa” y “Chupetazos”, pero todo se transforma en un mar de nostalgia con “Bolita de Pan”. En las pantallas del Auditorio Nacional circulan los rostros emotivos de adultos y niños que disfrutan sus apariciones espontáneas y, por supuesto, los abrazos y las lágrimas brotan en un abrir y cerrar de ojos.

“¡Qué belleza! ¡Qué capítulo más extraordinario es ver este foro tan lleno! Me pongo a pensar en si en verdad yo soy yo. Muchísimas gracias por acompañarnos a esta celebración de diez años de música. Honestamente, se me ha pasado el tiempo rapidísimo, pero creo que así es como se percibe el tiempo cuando uno hace lo que le gusta. Sí aplica el: “Así que disfruto lo que me pasa hoy”. No puedo evitar ser un tipo nostálgico y regresar al pasado para revivir momentos, porque así es como uno se concibe y se percibe en esta realidad sorpresa. Estoy muy conmovido con esta energía hermosa”, expresó Caloncho.

Luego del primer acto, Caloncho se colocó en el escenario secundario e interpretó una versión delicada de “Palmar” que le dio paso a “De día bien”. Con las emociones a flor de piel, Silvana Estrada, la primera invitada de la noche, acompañó al cantautor en “Hedonista”, tema al que dotó con la virtuosidad de su voz y una magia indescriptible. Hasta este punto, el tiempo pareció efímero, y quisimos más.

De vuelta al escenario principal, Caloncho interpretó “Sensei”, una de las canciones más esperadas de la noche. Luego de “Post Química”, el músico nos regaló un cover de “Bésame Morenita”, tema original de Pedro Infante. Más tarde, llegó “Luciérnagas”, y un pequeño medley de “Amor Violento”  y “Amor Papaya”. Las luces se difuminaron y el escenario se tornó de rojo, de pronto, Bobby Pulido apareció sobre el escenario e interpretó “Separarnos”, junto al músico tapatío.

“¿Me complacerías con una canción más?”, dijo Caloncho, y las notas de “Desvelado” inundaron el recinto junto con los gritos desenfrenados de los asistentes, quienes reaccionaron ante lo que parecía increíble. Los aplausos interminables marcaron el ritmo y, pronto, Caloncho nos devolvió a la tierra prometida con “Medio Oriente”, “Luna Completa”, “Brillo Mío”, “Optimista” y “Ánimo”, una canción inédita.

El músico se despidió del escenario, pero pronto volvió para cerrar con “Somos Instantes”, “Palmar”, junto a la icónica Mon Laferte, y “Naranjita, Sí Carnal”, temas que nos adentraron en un universo único, y que culminaron una celebración que honró, con creces, una década llena de historias, espontaneidad y mucho amor por la música.

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